jueves, 19 de octubre de 2017

La actividad de cobranza y su relación con la imagen institucional.

¡Que niño tan lindo!. Se parece a su padre. Todos hemos escuchado esa historia, porque es parte de la historia de la mayoría de las familias, porque es una conducta muy humana, muy cerebral, y, muy neurológica por cuanto propicia la generación de endorfinas por el sentimiento de placer que causa todo niño, incluso, creando una imagen que nuestro subconsciente va a atesorar por siempre… por esa razón la imagen institucional se fundamenta en parte importante en la praxis de sus empleados, y, por cierto, Cobranza es un Departamento sobre quien pesa parte importante de esa imagen la cual se cuida en la proyección de la empresa a través de las Redes Sociales, tal como lo ilustra la imagen introductoria.
En realidad, esta actitud de comparar cosas o personas se relaciona con cualquier actividad humana, por cuanto somos seres sociales y neurológicamente generamos una respuesta bio-social como respuesta al ambiente en que nos desenvolvemos el cual procesa múltiples y variados estímulos que dan origen a cambios cerebrales expresados en comportamientos que se corresponden a esas interacciones.
La Teoría del Comportamiento Organizacional permite ver una mejor vinculación empresa-empleado a través de conceptos como Identidad Corporativa, también denominado Identidad Institucional.
Ciertamente, el cliché “la empresa eres tú” crea una definición corta y precisa de esa identidad corporativa. En términos claros y breves la imagen que se tenga del Dpto. de Crédito y Cobranza es la imagen que transmite cada ejecutivo o analista de ese Departamento. De manera que se trata de esa identidad profesional del ejecutivo con su trabajo y su Departamento, que lo inspira y motiva a tener un desempeño sobresaliente y sentirse orgulloso de sus logros, e incluso, del logro colectivo de su Departamento.
Avanzando y profundizando en el tema, la idea precedente nos conduce al hecho de que sentir esa “identidad” con mi trabajo, implica necesariamente una sólida identificación con mi equipo de trabajo, porque si el Departamento carece de “unidad de propósito” se genera competencia desleal y los objetivos se fulminan en la diversidad de caracteres de los ejecutivos enfrentados entre sí.
Visto sistémicamente, son todos los elementos (humanos, tecnológicos, materiales) que alimentan el proceso, y, el producto es en este escenario, la empresa o persona deudora que va a ser reactiva a nuestra manera de ejercer la cobranza, bien sea, positiva o negativa.
Un reverendo diría “hablar en el idioma del otro”. Un político lo expresaría como “ponerse en los zapatos del otro”. El ejecutivo de cobranza si bien debe ejercer su desempeño profesional cobrando una deuda, debe saber que el deudor responde emocionalmente, y es en ese punto donde encaja el planteamiento de la cobranza no omitiendo lo primordial que prevalece en la “naturaleza humana” al momento de cualquier transacción. Copiando la jerga bíblica “escribe en las tablas de tu corazón” que la manera cómo ejecutas la cobranza, en esa exacta medida se proyectará la imagen, positiva o negativa, de tu Departamento e incluso de tu empresa.
No podemos divorciar la eficacia profesional de cualquier tipo de trabajo de lo que nos aporta la Neurociencia, porque en definitiva, aplicando preceptos metafísicos “todos somos uno” que viéndolo desde la óptica de la cobranza, deudor y cobrador somos uno en el objetivo de culminar una negociación cordial y respetuosa. Cuando se busca un argumento sobre el peso de la Neurociencia, el caso de los analistas conductuales en el área de Criminología son el mejor exponente, porque expone la importancia de hacer un análisis psicológico profesional del individuo (en este caso el criminal) que conduzca a la determinación de un perfil que permita ejercer acciones más eficientes, y, extrapolando este argumento a otras áreas sociales, podemos ver el auge que se deriva de conocer y aplicar técnicas de Comunicación No verbal y microexpresiones que garanticen una gestión más eficiente.


No hay nada más metafísico que una sonrisa de satisfacción de las partes que cierran un trato, … es decir, aplica aquello de la “Ley de la Atracción”. Entiéndase en dicha reflexión que el Departamento de Cobranza "atraerá" como resultado el mismo trato que brinda al público, donde la empatía y una agradable sonrisa son estrategias que no deben faltar. Eso me hace recordar de un analista de cobranza que al llamar a los deudores a quienes cobraba, visualizaba una sonrisa en el deudor, y, el efecto de ese juego mental de visualización, es que primeramente predispone al cobrador en el uso de un lenguaje cordial, que tendrá el efecto emocional recíproco en el receptor.
Este artículo ha dejado pinceladas multidisciplinarias de metafísica y neurociencia que es útil conocer y aplicar al momento de realizar cualquier trabajo con público.